miércoles, 27 de septiembre de 2023

Portabilidad telefonía e internet primer intento 0 – infierno 1

 


Extraño fenómeno este del veranillo de San Miguel, efectivamente se cumplen las condiciones estos días para afirmar que estamos bajo su influencia. Otoño, finales de septiembre, temperaturas más altas de lo normal para la estación y sin precipitaciones. Y eso que hoy amaneció bastante nublado hasta final de la mañana cuando se despejó y empezó a caldearse el ambiente. Casi como en el hemiciclo del Congreso, donde tenía lugar la primera votación para la investidura del señorito Feijóo a la presidencia del Gobierno. Sin sorpresas, no ha conseguido los votos necesarios y aplazan al viernes la segunda votación, esta vez necesitará mayoría simple, que salvo errores o tránsfugas mediantes, tendrá mismo resultado.

Con estas pinceladas de la primera parte del día, me interesa comentar y consultaros lo siguiente: - ¿Alguien alguna vez ha realizado un cambio de compañía de telefonía e internet y ha salido todo bien a la primera?

No vale decir que yo tengo un amigo ni conozco a unos vecinos que… lo necesito en primera persona. ¿Contestáis a lo anterior con un sí? En ese caso tengo dos opciones: una es, fijándome en mí diablillo interior, mandaros a tomar por…. o dos, haciéndolo en mi angelito interior, muy interior, alegrarme por todos y pediros que me enviéis un autógrafo por lo afortunados que sois.

Omitiré la compañía en esta ocasión, puede ser cualquiera, puesto que ya son varios cambios en unos cuantos años y no recuerdo ninguno, donde todo saliera sin problema alguno. En una ocasión hasta me querían dejar unos días sin línea telefónica, porque siempre se pasan la pelota de una a otra para omitir responsabilidades y ninguna daba una solución. Tampoco creo que sirviera de mucho, la queja-reclamación oficial que realicé en su momento a la Administración correspondiente.

Esta mañana el instalador de la nueva compañía, comienza a pasar cable, baja al garaje, sube, re-vuelve a bajar, re-vuelve a  subir, igual que mi mosqueo, hasta que comenta que parece haber un problema que no es del cable que pone él sino del cuadro general o algo por el estilo. Los pelos de mi cuerpo se erizan, la saliva se me atraganta, me contengo por no soltar un mecagoento y compruebo una vez más que para mí estos cambios acaban siendo un puto infierno. Uno sabe cuándo se mete pero no sabe ni cómo va a salir de allí. Que sinvivir.


Share:

sábado, 23 de septiembre de 2023

Lucas y los relojes

 



En la entrada de ayer ya salieron muchos relojes y hoy os hablaré de Lucas.

Lucas es una persona que tiene sus obsesiones, como todos. Porque que levante la mano quien no las tenga. Seguro que tú eres de los que no hace más que almacenar fotos y fotos en tu ordenador. O eres de los que no te resistes a comprar unas zapatillas nuevas, aunque no las necesites y las tengas de todos los colores y marcas. Seguro que conoces la obsesión de tu marido por los coches. O la de tu cuñado, por ese equipo de fútbol al que no soportas. En fin, que todos tenemos alguna obsesión cuando menos.

Y algunas no tienen explicación, otras sí.

La de Lucas, son los relojes. No puede salir de viaje sin regresar con uno. Incluso a veces en su propia ciudad durante un paseo si desde el escaparate le llaman la atención el giro de unas saetas determinadas, o el parpadeo de los números marcando las horas. Porque a priori le da igual el modelo, la antigüedad, si va con pilas, si es de arena.

Hay que decir que a diferencia de los coleccionistas, Lucas no los guarda. Cuando llega a casa, con una nueva adquisición, en silencio, va a su habitación y espera a que empiece a anochecer. Lo coloca sobre la cama y si es digital retrasa la hora hasta alcanzar la que él busca y si es analógico hace girar las saetas en sentido contrario, también hasta donde quiere. Posteriormente, se duerme y si al día siguiente no ha tenido efecto, tira el reloj a la basura.

Por la misma razón que los tira, no puede llevar nunca un reloj de pulsera, porque los prueba y al ver que no tiene éxito en lo que busca, los desecha como todos los demás.

Al final es demasiado gasto el que conlleva mantener su obsesión y su búsqueda. Tanto que lleva varios años sin irse de vacaciones. Sin darse un capricho. Sin salir de fiesta. Sin arreglarse. Son los mismos años desde que su mujer se fue, “que ya no sentía nada por él”, “que no había nadie más, pero que no era feliz”. Y desde entonces Lucas no hace más que buscar la manera de retroceder en el tiempo para amanecer junto a ella como si nada.


Share:

viernes, 22 de septiembre de 2023

Vuelven los dinosaurios

 



Estoy en casa. La noto rara. Sin brillo ni contraste. En las paredes cuelgan infinidad de relojes. Hay relojes por todos los rincones, incluso en el techo y en el suelo. Dentro de los armarios, en los cajones, debajo de la cama. Más relojes.

No entiendo nada.

De todos los tamaños. De madera, de saetas, digitales, de mano. ¡Hasta en mis muñecas llevo varios y nunca lo hago!

¿Qué locura es esta?

Unos giran sus manecillas en sentido correcto, otros a la inversa a gran velocidad. Los hay inmóviles. Con los números brillantes, intermitentes, borrosos, de colores.

Uff qué agobio.

Cada uno además marca una hora distinta. Me asomo por la ventana y veo que es de día, un día muy gris. Al menos tengo una referencia. La cama sin hacer indica que es por la mañana.

Mientras voy al salón aparto telas de araña por el camino y escucho el continuo trajín de alarmas tenebrosas y carrillones marcando horas en punta.

Que sinvivir.

Enchufo la televisión. Y ahora me sorprendo al ver la pantalla en blanco y negro. Las noticias me explican lo que está sucediendo en mi casa. Y en España. Se ha vuelto todo muy loco y se ha retrocedido a épocas oscuras de negacionismos y limitación de derechos, de caciques y caudillos, de vírgenes y santos, de toros y banderas.

Me pellizco por si es un mal sueño, pero no. Hasta han resurgido algunos dinosaurios que creíamos extinguidos.


Share:

lunes, 18 de septiembre de 2023

¿Menos libertad?

 



Imagino un mundo sin redes sociales, sin Internet ni feisbug, tuiter ni tiquittoc, ¿os acordáis? Tampoco hace tantos años de este furor por lo inmediato, por el postureo y por querer ser famoso a toda costa, y creo que se vivía mejor. Sin tanta ansiedad. Sin la necesidad de colgar todo al segundo. Sin compartir todo de tu vida.

Quien me conozca puede decirme que yo también caigo en esa adicción, a lo que podría contestarle que reconozco que yo he pecado y peco, pero que no soy tan extremo como otra gente, no estoy tan enganchado. Al menos así lo creo, igual estoy peor de lo que me parece...uy, suena alarma de poner la foto del día en Instagram jajajaja es broma.

Volviendo a esto de la inmediatez y de este afán por sobresalir, lo que se consigue es que los gilipollas florezcan. Porque ahora no es que no puedas cometer un delito, no es que no puedas traspasar límites, es que en estos tiempos hasta un ladrón cuelga su robo, un pirado de la velocidad cuelga su cuentakilómetros a 200 por la autopista y un pavo australiano publica un video con una pitón, Shiva la llama, enrollada al cuello mientras hace surf. Y el tío dice que lo ha hecho una decena de veces. ¿Para qué? ¿Para qué lo difundes? Si la normativa te lo prohíbe, hazlo al menos sin que se entere todo Cristo.

Así que da la impresión de que hay menos libertad, pero de lo que no tengo dudas es de que hay más personajes de intelecto muy limitado por no repetir de nuevo lo de gilipollas. Aunque sí, famosillos y gilipollas.


Share:

jueves, 14 de septiembre de 2023

¿Algún psicólogo en la sala?

 



Generalmente duermo bien, no me cuesta mucho conciliar el sueño. Pero anoche no iba a ser así.

A lo largo de la tarde fue incrementándose un dolor de cuello producido por un mal gesto en el partido de tenis de la mañana, de tal manera que mi mujer me aplicó un masaje con calmante en la zona, antes de cenar, en un intento de disminuir mis molestias. El alivio fue transitorio porque a la hora de ir a dormir el dolor aumentó de nuevo impidiéndome apoyar la cabeza con comodidad en la almohada de la cama. Con la cabeza hacia un lado, mal; hacia el otro también, de frente peor. Con un cojín, con almohada y cojín, sin nada, toda combinación daba mal resultado.

Cuando tras varios intentos de cerrar los ojos y engañar al dolor, vi que era imposible, me levanté a por un ibuprofeno y nueva aplicación de masaje con más calmante.

Parecía que esta vez ayudado, quizá por el cansancio, iba a poder quedarme frito, un inoportuno mosquito sobrevoló mis oídos con el fastidio que supone. Creo que lo llegué a ver en un par de pasadas pero no logré estamparlo entre mis manos. Al menos debió sentirse amenazado porque no lo volví a notar y  conseguí olvidarme de su existencia.

10 minutos llevaba dormido cuando ahora la activación de mi portátil puso en marcha un video del youtube a todo volumen. ¡Joder qué susto! Vaya inicio de noche. Que sinvivir. Y vuelta a intentar conciliar el sueño.

Zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz……..

De repente me vi en la meta del Angliru, pedaleando junto a Perico Delgado y otro señor que decía que se veía desde allí el mar, pero que en días de niebla no, y que lo que sí se veía según Perico era Oviedo y Gijón y justo lo dice y a mi lado aparecen dos excompañeros de trabajo, a los que no veo hace muchos años, que uno era de Oviedo y otro de Gijón y yo digo que esto qué sentido tiene y me acabo despertando una vez más en esta noche de imposible descanso.

Insisto: - ¿Algún psicólogo en la sala?

 


Share:

martes, 12 de septiembre de 2023

Tiempos para la ignorancia

 



Que vivimos en un mundo imbécil lo tengo claro hace mucho tiempo. Un mundo donde las redes sociales en muchos casos ha servido para dejar patente las limitaciones del género humano. Y, ojo, tampoco creo que antes fuera muy diferente, lo único es que permanecía más oculto. Ahora todo se sabe y todo el mundo se muestra, se ha perdido el miedo y el pudor además en mostrar las carencias.

Vivimos en una realidad virtual donde por conseguir un like, un megusta, donde por pretender destacar se es capaz de todo. Que toca arriesgar el tipo por obtener un selfie, un autoretrato, el más original que el resto del mundo, se hace y no será el primero que tiene un susto o algo peor. Que toca subir la mayor chorrada creyendo que se va a hacer viral, se sube a Internet, aunque sea perdiendo la dignidad.

Se invierten horas y horas de difusión en estupideces, hechas por personas que no lo merecen. Si un futbolista se toca los huevos de manera obscena, en un arrebato de vete a saber qué,  en una celebración por marcar un gol, todo el mundo lo sabrá en pocas horas. Que sinvivir.

Y a la vez que se pierde el tiempo en nimiedades, se desconoce por ejemplo que el 13 de septiembre de 1851, nació Walter Reed, médico estadounidense que descubrió que la fiebre amarilla se transmite por mosquitos, enfermedad que causa en el mundo unas 30.000 muertes. O que un 21 de septiembre de 1895 nació Juan de la Cierva, ingeniero español inventor del autogiro, precursor del helicóptero.

¡Viva la ignorancia!

Share:

domingo, 10 de septiembre de 2023

¿Pero esto por qué?

 



La vida es bonita, a veces, y siempre sale el sol, para muchos, pero no para todos. Y mientras algunos disfrutamos de un buen fin de semana sin ninguna dificultad, con acceso a todo, incluso a tiempo de ocio, en otros lugares se ven impedidos de todo, incluso de lo más elemental.

Este párrafo anterior da igual cuando se lea, perfectamente y casi siempre, tiene sentido y se cumple.

2122.

7,2.

 30.

Son cifras de una escala terrorífica. La primera se refiere a fallecidos, la segunda a la escala Ritcher, esa que mide la intensidad de los movimientos terrestres y la tercera son los segundos que duró. Y es que el pasado viernes por la noche un terremoto sacudió las entrañas de Marruecos, en el corazón del Atlas. Tan sólo 30 segundos que bastaron para causar este infierno.

Como siempre en estos casos el recuento de la primera escala se inicia con un número más bajo del que al final lamentablemente resulta. Al ser en zona de difícil acceso, en zona montañosa, confiemos en que esa cifra no suba más con el paso de los días.

Es tal la rabia, impotencia, tristeza, enfado y otros sentimientos que en estos casos siento que si creyera en Dios, me gustaría ponerme frente a él, con la misma cara del cafre del Trump (quizá escriba sobre esta foto en otro momento) y gritarle ¿pero esto por qué? ¡Cabrón!


Share:

viernes, 8 de septiembre de 2023

La vuelta al cole

 



El verano acaba con la vuelta al cole independientemente de si hace todavía calor o no. Para unos habrá sido un periodo corto, para otros demasiado largo, como siempre, según el color del cristal con el que se mire. Tanto para unos y como para otros habrá pasado y tras dos meses y medio de vacaciones toca volver a retomar ciertas rutinas.

En todas las casas donde hay niños en edad escolar, la primera mañana, se respira sueño por el madrugón, nerviosismo por los preparativos, ajetreo por los nuevos horarios y algunos gritos que chocan y retumban por las paredes del edificio mezclándose con los gritos de otros vecinos.

Los barrios se llenan de coches y circular cerca de los centros escolares crispan a muchos conductores. También a los que no tienen hijos en edad escolar y coinciden sus horarios con las entradas y salidas de los mismos. Es un sinvivir.

A la llegada se multiplican los reencuentros, mientras los hijos esperan, los padres y madres se saludan como si hiciera años que no se ven. Es todo alegría y gran efusividad. –“¡Nos ha tocado en la misma clase!”- gritan unas madres. Se abrazan dos padres, estos felices como ninguno por recobrar un poco de tiempo libre. –“¡Qué morena estás!”- envidia otra. –“Te ha sentado bien el veranito”- suelta otro con risa maliciosa. Y muchos quedan para después a tomar ese primer café de la tranquilidad, ese café que disfrutarán como hacía 2 meses y medio que no podían.

Los críos esperan en las filas a que los profesores salgan al encuentro, seguramente temerosos ante lo que se les viene encima. A veces el primero en salir es el novato, otras la profe sargento que látigo en mano dirige su seria mirada a las fierecillas. Minutos después el patio se vacía y solo queda algún rezagado al que se le han pegado las sábanas.

Un nuevo curso da comienzo. The show must go on- como decía Freddie Mercury.

 

 


Share:

martes, 5 de septiembre de 2023

La moda del Papa

 



Hay días en la vida, en la mía, que sin saber las razones me llaman la atención unas noticias sobre otras, me fijo en detalles que en otros momentos pasarían desapercibidos. Y no es por ejemplo que tenga hambre y el rugir de mis estómagos (así me los creo por su fuerza y sonoridad, no porque sea un rumiante cualquiera) me conduzcan a las imágenes de comidas, de asados brillantes con sus pataticas o hacia dulces de chocolates de colores. Es distinto. Podría ser el azar, la casualidad, mera elección de un camino y no otro. No lo sé.

El caso es que sin saber de dónde vengo, ni a dónde iba, hoy me fijo en una foto del Papa, esa figura tan determinante para los católicos del mundo, nada para mí salvo ser consciente de lo que para los anteriores significa.

En ella se ve a Francisco, el Sumo Pontífice, andar tranquilamente, como cualquier joven, con las manos dentro de los bolsillos de un plumas, más blanco y brillante que su solideo.  Con un crucifijo grande colgando y unas zapatillas deportivas blancas también, creo que de marca nike.

Lo primero que pienso es “¡no puede ser!". Seguido me digo “¿y por qué no?. Míralo qué moderno, cómo trata de atraer a la Iglesia a los jóvenes". Al segundo, dudo, me froto los ojos, parece un spot publicitario de algún rapero… pero está tan logrado.

Al leer la noticia, que es de hace unos meses ya pero cuando se viralizó no me debió llamar la atención porque me la perdí, salgo de dudas. La maldita I.A., eso que llaman Inteligencia Artificial, que aún no sé con exactitud en qué consiste, puesto que salvo alguna pincelada nadie me lo sabe explicar bien, está detrás de semejante creación. Concretamente la inteligencia artificial de Midjourney, aplicación especializada en la generación de imágenes realistas a solicitud de los usuarios. Todo falso y retocado.

Qué tiempos más extraños se nos están quedando. Ya no podemos estar seguros de nada, se crean realidades paralelas, falsas, como algunas canciones que sacan ahora que también me he enterado de que se pueden componer, de autores fallecidos o no, sin consentimiento alguno a partir de pequeños fragmentos de sus voces.

¡Qué sinvivir!

 

 


Share:

lunes, 4 de septiembre de 2023

De DANAs y gilipollaS

 



Pasó el fin de semana y la Dana que en Zaragoza ciudad no tuvo más consecuencias que ambiente lluvioso por momentos, en otras partes no muy lejanas sí causó más estragos, lamentablemente, incluso con fallecidos. Alguno intuyo que evitable, y mira que se avisó. ¿De verdad hacer un barranco en el Pirineo cuando las previsiones meteorológicas desde comienzo de semana ya daban probabilidad altísima de fuertes aguaceros?

En fin, un sinvivir.

Y luego están los que se quejan de que las autoridades, las que sean, alerten a la población y hagan recomendaciones al respecto. Pero intuyo de nuevo, que son los mismos de que cuando no se lanzan las alertas correspondientes, salen a criticar a degüello a esas autoridades cuando hay problemas. Esto solo sucede en la especie humana, esa que dicen la más inteligente del reino animal. ¿Os imagináis a un león pedir explicaciones a otros por no avisarle de que llega una tormenta y ha espantado a las presas o por no rugirle que viene otro depredador a quitarle la comida?

Es verdad que a veces los pronósticos fallan, o no se cumplen a 100 %, o no acarrean, por suerte, las consecuencias fatales por las cuales se dan los avisos.  Se olvida de que no es una ciencia exacta y que trabaja con modelos de probabilidad. Y que quizá en tu pueblo o ciudad no ha sido para tanto pero no tan lejos sí. Y eso no es fallar. Como no lo es que no se acierte en el número de la lotería del próximo sorteo.

Más molesta, porque ya ni me sorprende, que esas críticas vengan de algunos representantes públicos que por acorralar a los gobiernos de signo contrario y contentar a su electorado, demuestran su total ignorancia y negacionismo científico.  Como parece no pasarles factura, les da igual todo.

Y esto no cambiará. Hace tiempo que perdí la fe en la sociedad en su conjunto. Me quedaré con ciertas individualidades, a las que hay que seguir y cuidar. Ellas son las que suben el nivel de esta nuestra especie humana.

Hasta la próxima Dana, hasta la próxima alerta. Meteoritovenpronto.


Share:

sábado, 2 de septiembre de 2023

¿A que no hay huevos?


2 de septiembre


Sábado por la mañana, lluvioso. De momento tampoco es para tanto. Mucha DANA amenazante pero parece que se ha quedado en Danita (al menos donde vivo). Crucemos los dedos para que así sea finalmente.

Repaso los titulares de los periódicos en mi portátil y bajando, bajando el cursor me llama la atención una foto con su titular. ¡Zas! Ya tengo la entrada de hoy.

Enseguida me viene a la cabeza el dicho este tan español de “¿A que no hay huevos?”. Es el punto de partida que prende la mecha de la valentía, de la inconsciencia que empuja al receptor a traspasar los límites y no tener en cuenta las consecuencias.

Y esto es lo que debió pasarle al conductor del vehículo que transportaba un toro gigante montado en el asiento del copiloto, en una carretera de Norfolk en Nebraska (EE.UU.) cuando le sorprendió la policía. “Mare mía”. El tipo, tomando unas cervezas en algún pub con sus amiguetes, se creció por alguna razón, quizá alguna conversación de cosas imposibles a realizar, algún chiste del tipo “¿cómo meterías a un elefante en un seiscientos?”.

Pensando en inglés, directamente desde el traductor de google, me da: “Because there are no eggs?”. Eggs frente al huevos, dicho con entonación robusta creo que pierde fuerza, aún así, tuvo su efecto y demuestra que estamos ya en un mundo globalizado.

Volviendo al toro, vaya cornamenta, impone. Desconozco si se subió al vehículo por sus propias pezuñas o empujado por algún tractor. En alguna otra foto, se aprecia los rastros fecales achocolatados cubriendo parte de la luna y puerta trasera, por lo que imagino que muy de acuerdo no parecía estar el animal con el viajecito.

Y si aunque no estéis muy de acuerdo os lanzo yo “unaquenohay...” 

Share:

viernes, 1 de septiembre de 2023

Líos de vecinos

 



(1 de septiembre)


Al hilo de una noticia que aparece en un periódico sobre vecinos y sus quejas, acabo en Twitter cotilleando la página “Líos de vecinos”. Allí se recogen decenas de fotos con notas que algunos de ellos dejan en los ascensores y otros espacios comunes. Van dirigidos al resto, en general, algunas veces, y la mayoría, hacia alguno en particular.

Hay notas amables, graciosas, llenas de ironía, con genio, directas, acusadoras, amenazantes. Sobre temas domésticos, ruidos, basuras en sitios inadecuados, olores extraños. Lo típico. Para pasar el rato.

Lo primero que pienso es que una comunidad es un ecosistema en toda regla, un ente vivo, en el que a cada vecino cuando le dan las llaves le asocian un papel determinado en el grupo, aunque sea de manera inconsciente. Al del 1ª A le toca ser el vecino arisco, que odia a los niños y vive solo. A los del 2ºB, la pareja recién formada, joven, a la que envidiaran los de al lado, matrimonio maduro, que ya no pueden recordar casi sus inicios. Junto a las llaves del 5ºA, que las recoge una mujer soltera pero con muchos amigos, le acompaña el papel de ser muy comunicativa a ciertas horas de la noche cuando el resto descansa. A los del 3ºD la familia modélica de cara al exterior pero que por dentro, el trabajo les consume y la rutina les distancia.

Podríamos seguir. Seguro que ustedes tienen un papel determinado en su comunidad. ¿Es usted el cotilla? ¿el galán, que impregna el ascensor de su colonia? ¿el que celebra fiestas los fines de semana? ¿El que da portazos cuando entra o sale de casa?

También pienso que hay que valorar estas notas, pues al menos, indican que, aunque no siempre con la mejor ortografía ni caligrafía posibles, se escribe y se lee. Y mientras esto suceda, ni la escritura ni la lectura morirán (versión muy optimista, sí).

Y así yo voy a colaborar. Los putos perros del bajo A, llevan media hora ladrando sin parar y me han despertado de la siesta. Voy a dejar una nota en el ascensor, a ver si se dan por aludidos. Primer aviso. JAJAJAJAJAJA

Share:

La rutina

 

(31 de agosto)



Hay días en los que tienes la sensación de estar repitiendo lo mismo que el día anterior. Despertar, levantarte, asearte, desayunar, trabajar, comer. Las mismas fases, los mismos procesos sin variación alguna, idénticos verbos sin sustancia significativa, llevados a cabo casi por inercia. Se enmarcan en la ansiada rutina para algunos, denostada para otros. Nada reseñable marca el calendario en esas fechas, ni por nada especial será recordado para bien o para mal.

En mi caso, este jueves es en parte de ese estilo, salvo por acudir a pasar la correspondiente ITV de mi vehículo. El pobre se hace mayor y ya cada año debe acudir a demostrar que las actividades vitales las tiene en orden.

A pesar de que llevamos unas cuantas inspecciones a nuestras espaldas, creo que me sigo poniendo más nervioso yo que él. Ni cuando le miran los bajos se ruboriza. Se pone gallito cuando suena el claxon y ruge con furia cuando le pisan el acelerador a fondo. En cambio yo, desde que salgo rumbo al establecimiento, me muerdo las uñas (¡mal hecho!), se me blanquea la piel y se me encoge el estómago. Incluso me tropiezo cuando me mandan salir del coche para dejarles manipularlo.

¡Qué sinvivir!

No lo puedo evitar. Me digo, venga, que no es nada. En poco salimos con la pegatinica puesta que nos habilita un año más.

Y qué largo se hace cuando has recorrido toda la yincana y te dicen que aguardes ahí fuera mientras el operario prepara la documentación. Ahí es cuando piensas: “y si ya no es capaz de frenar bien el pobre, o si ya padece de ceguera y no alumbra en condiciones, o serán los humos que cada día como todos los abuelos los tiene peor…”

A veces intento descubrir en la cara de los operarios el veredicto pero los muy cabrones saben disimularlo bien. Para ellos no es más que un día de esos de rutina.

Por suerte, salimos victoriosos. Un año más.

Share:

Por compromiso

 

(30 de agosto)


Hoy es miércoles, mitad de semana y tengo tanta vitalidad y ganas de escribir como los protagonistas de la foto en darse la mano. Pero lo intentaré por compromiso conmigo mismo. O mejor aún por compromiso con el reto autopropuesto. Seguramente ellos lo hacen también por compromiso aunque no sé muy bien con quién, no lo tengo claro, con su electorado, con la democracia, con España, con su ego…

¿Se han fijado en esas manos? Más forzadas no pueden estar. Sin energía. Depositadas con desgana, flácidas, chocadas como por casualidad.

Qué sinvivir.

Mi pereza hoy creo que tiene solución pero la de estos dos, intuyo que será imposible revertirla. Hoy estos señores han quedado a propuesta del de gafas para intentar convencer al de corbata roja de que le permita gobernar España durante 2 años. Imagino la proposición: “Sánchez amor, no seas malo y déjame ser el Presi de todos los españoles un par de añicos…te lo sabré recompensar…”. Parece que ha recibido un “NO” rotundo, algo así como: “ay tontín si yo ya tengo otros amores esperando, no eres mi tipo…”.

¿Y se han fijado en sus caras? Imagino que es una foto que refleja el momento previo a la reunión privada. Feijóo, que se sabe perdedor, no puede disimular su cara de frustración, él quería mayoría absoluta para no tener que dirigirse a su acompañante. Y Sánchez, con los dientes apretados y fingiendo una medio sonrisa, por dentro maquina su venganza, que poco te queda pringao, aprovecha estos días de parecer que diriges algo.

En fin, así pasan los días, igual que discurren estas líneas. Quizá haya más reuniones, seguro que más escritos míos, pero antes no olvidemos que hay que vitaminarse para aumentar la ilusión, no tanto en la política, tarea perdida, como en la vida.

Y cuando choquen la mano, háganlo con potencia y decisión, por dios, aunque por dentro les pueda la apatía. 

Share:

Cierzo en el valle del Ebro


(29 de agosto)


Estos días sopla un viento intenso en el valle del Ebro, nada extraño en esta zona, aunque algo más si pensamos que las temperaturas han bajado prácticamente de un día para otro de más de 40 grados de máximas y mínimas de unos 30, a máximas que no llegan a 30 y mínimas de 17. Hemos pasado de dormir con las ventanas cerradas para que no entrara el calor y el aire acondicionado puesto por la noche, a cerrar las mismas ventanas por la noche para que no entre la corriente. Muy loco todo, en tan poco tiempo.

Y con estos días, no hay quien se peine. Para qué. O llevas el pelo muy corto o es salir a la calle y alborotarse el cuello cabelludo. Un sinvivir. Vuelven a verse hombres que van con un brazo en alto sujetándose sus pelucas, caras largas en los caminantes que inclinan sus cuerpos para combatir la fuerza del cierzo y conversaciones perdidas que viajan sin rumbo empujadas por el aire hacia ningún lugar, casi como estos párrafos que intento plasmar en este folio en blanco y reconducir hacia algún destino coherente.

Los días tan ventosos me provocan desazón. Al tercer día me retumba la cabeza y me ponen de mal genio.

Pero todo lo anterior no es nada si comparamos con lo que debió sentir el pobre animal de la fotografía, un afgano que Julia Christie, fotógrafa alemana, realizó para convertirse en una de las preseleccionadas a mejor fotografía del año según Sony World Photography Awards 2023 (que suena importante).

Su gesto, con los pelos de la cabeza revueltos y estirados, denota una aceptación de la realidad, conformista y llena de triste melancolía, cercana al abatimiento y al lagrimeo decadente por la situación.  Se intuye a la legua, que en su mente circula una única pregunta: -“¿Qué he hecho yo para merecer esto?”-

Y frente a él, imaginamos a su dueño o dueña, orgulloso u orgullosa, sin la más mínima empatía hacia el perrete, seguro que pensando, que por una vez de quién no se ríen es de él o ella. Que todo puede ser.

Share:

Cosas imposibles

(28 agosto)


La vida está repleta de cosas imposibles o que al menos lo parecen. Hay miles de ejemplos. Aún no me he levantado de la cama y al mirar a mi mujer cómo duerme plácidamente, no le molesta ni la luz que entra a través de la persiana ni los ruidos de los jardineros cortando el césped, pienso que no hay quien entienda a las mujeres por más que uno lo intente. Es imposible. Da igual lo que uno haga y cómo lo haga que siempre estará equivocado. Si era A, tú has dicho B, y si era B, has dicho A. Un sinvivir.

Otro ejemplo lo encuentro mientras me tomo el café de la mañana y me pongo la radio para escuchar las noticias. Imposible aguantar 10 minutos. No entiendo que tengan la capacidad fulminante de amargármelo a pesar de echarle dos y tres cucharadas de azúcar soperas. Uno quiere estar enterado de la actualidad pero quizá deba dedicarse en otro momento del día, quizá cuando tenga cerca una taza de baño y así al tirar de la cadena, junto a otros desechos, se pierdan esas amarguras por las tuberías del inframundo.

Imposible es tener espacio para uno mismo cuando se tienen dos hijos pequeños y menos en vacaciones de verano como ahora. Dos meses después, algo de luz empieza a asomar, es la luz que se enciende en los colegios.

Imposible es ver los precios de la lista de la compra y no asustarse. Ahora debido a la sequía, el aceite está por las nubes y va a llegar un momento en que vamos a condimentar la lechuga con gasolina, como si ésta estuviera barata. Un sinvivir.

Volviendo a mi mujer, siempre me dice que por qué no le bajo la Luna, que si tanto la quiero que debería ser capaz. Y hasta ahora le contestaba que la Luna es imposible, pero que cualquier otra cosa que quiera, lo hago. Y justo hoy encuentro navegando por internet esta foto. No sé cómo pero el tío este de barbas se ha metido la Luna llena en el maletero de su coche. ¡Maldito! ¡La única que tenemos en la Tierra, que no somos Júpiter!. Aunque pensándolo bien, quizá si lo localizo tendría una oportunidad de sorprender a mi mujer. 

Share: