viernes, 8 de septiembre de 2023

La vuelta al cole

 



El verano acaba con la vuelta al cole independientemente de si hace todavía calor o no. Para unos habrá sido un periodo corto, para otros demasiado largo, como siempre, según el color del cristal con el que se mire. Tanto para unos y como para otros habrá pasado y tras dos meses y medio de vacaciones toca volver a retomar ciertas rutinas.

En todas las casas donde hay niños en edad escolar, la primera mañana, se respira sueño por el madrugón, nerviosismo por los preparativos, ajetreo por los nuevos horarios y algunos gritos que chocan y retumban por las paredes del edificio mezclándose con los gritos de otros vecinos.

Los barrios se llenan de coches y circular cerca de los centros escolares crispan a muchos conductores. También a los que no tienen hijos en edad escolar y coinciden sus horarios con las entradas y salidas de los mismos. Es un sinvivir.

A la llegada se multiplican los reencuentros, mientras los hijos esperan, los padres y madres se saludan como si hiciera años que no se ven. Es todo alegría y gran efusividad. –“¡Nos ha tocado en la misma clase!”- gritan unas madres. Se abrazan dos padres, estos felices como ninguno por recobrar un poco de tiempo libre. –“¡Qué morena estás!”- envidia otra. –“Te ha sentado bien el veranito”- suelta otro con risa maliciosa. Y muchos quedan para después a tomar ese primer café de la tranquilidad, ese café que disfrutarán como hacía 2 meses y medio que no podían.

Los críos esperan en las filas a que los profesores salgan al encuentro, seguramente temerosos ante lo que se les viene encima. A veces el primero en salir es el novato, otras la profe sargento que látigo en mano dirige su seria mirada a las fierecillas. Minutos después el patio se vacía y solo queda algún rezagado al que se le han pegado las sábanas.

Un nuevo curso da comienzo. The show must go on- como decía Freddie Mercury.

 

 


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