Hoy necesito vomitar. Vomitar
palabras de mierda. Expulsarlas de mi boca. Liberarlas para evitar que me
estallen dentro de mi cuerpo. Que salgan tal como me vienen. Sin orden. O con
caos de por medio. Como sea. Que salgan.
Dolor. Muerte. Sufrimiento.
Bombas. Tanques. Explosiones. Ruinas. Barbarie. Oscuridad. Más bombas. Más
explosiones. Más barbarie. Más Muerte. Locura. Venganza. Sionismo.
Colonialismo. Religión. Dios. Cabrones. Cómplices. Impotencia. Rabia. Pena.
Abatimiento. Impotencia. Sin sentido.
Genocidio. Genocidio. Genocidio.
En pleno siglo XXI y con unas
décadas por los caminos de esta vida, que alguien me diga cómo explicar a mis
hijos las miserias que nos rodean. Cómo hacerles entender que la vida no es
para sufrir. Que siempre hay una luz de esperanza al final del túnel. Que
siempre sale el sol a la mañana siguiente. O a la siguiente.
Cómo explicarles por qué se llega
al horror. Ponerles excusas que
fundamenten lo inexplicable. Que no hay límites ni reglas cuando el demonio
hace de las suyas.
Bombas.
Destrucción.
Muerte.
En mi cabeza rebotan una y otra
vez imágenes que no deberían estar presentes ni en las peores pesadillas. Esos
niños, como mis hijos. Esas mujeres, como la mía, como mi madre y mi abuela.
Esos hombres, jóvenes, adultos, ancianos. Todos magullados. Con los rostros
desencajados, la mirada perdida. Lanzando gritos al vacío.
Cómo explicarles que a pesar de todo, mientras esas realidades suceden a distancia, yo consigo disfrutar con las cosas sencillas, saboreando una comida, haciendo el deporte que me gusta, relajándome en la naturaleza. Explicarles que esta maldita vida sigue aún con el alma rota y sucia por esta contradicción. Que la Tierra sigue girando aunque mucha gente permanezca inmóvil, impasible ante tanta destrucción, incapaz de mostrar un mínimo de empatía.
¿Por qué todo?
y todavia seguimos igual,pasan los dias y nada nuevo.....positivo.
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