Pasó el fin de semana y la Dana que en Zaragoza
ciudad no tuvo más consecuencias que ambiente lluvioso por momentos, en otras partes no muy lejanas sí causó más
estragos, lamentablemente, incluso con fallecidos. Alguno intuyo que evitable,
y mira que se avisó. ¿De verdad hacer un barranco en el Pirineo cuando las previsiones
meteorológicas desde comienzo de semana ya daban probabilidad altísima de fuertes
aguaceros?
En fin, un
sinvivir.
Y luego están
los que se quejan de que las autoridades, las que sean, alerten a la población
y hagan recomendaciones al respecto. Pero intuyo de nuevo, que son los mismos
de que cuando no se lanzan las alertas correspondientes, salen a criticar a
degüello a esas autoridades cuando hay problemas. Esto solo sucede en la
especie humana, esa que dicen la más inteligente del reino animal. ¿Os
imagináis a un león pedir explicaciones a otros por no avisarle de que llega
una tormenta y ha espantado a las presas o por no rugirle que viene otro
depredador a quitarle la comida?
Es verdad que
a veces los pronósticos fallan, o no se cumplen a 100 %, o no acarrean, por
suerte, las consecuencias fatales por las cuales se dan los avisos. Se olvida de que no es una ciencia exacta y que
trabaja con modelos de probabilidad. Y que quizá en tu pueblo o ciudad no ha
sido para tanto pero no tan lejos sí. Y eso no es fallar. Como no lo es que no
se acierte en el número de la lotería del próximo sorteo.
Más molesta,
porque ya ni me sorprende, que esas críticas vengan de algunos representantes
públicos que por acorralar a los gobiernos de signo contrario y contentar a su electorado,
demuestran su total ignorancia y negacionismo científico. Como parece no pasarles factura, les da igual
todo.
Y esto no
cambiará. Hace tiempo que perdí la fe en la sociedad en su conjunto. Me quedaré
con ciertas individualidades, a las que hay que seguir y cuidar. Ellas son las que suben el nivel de esta nuestra especie humana.
Hasta la
próxima Dana, hasta la próxima alerta. Meteoritovenpronto.
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